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lunes, 28 de febrero de 2011

De Hobbiton a la Tierra de Mordor

Nueva Zelanda, Nueva Zelanda, Nueva Zelanda cuántas veces me planteé este viaje con sus paisajes, sus veleros, sus océanos, sus olas, sus gentes… Un lugar que podría haber pintado sin haber estado pero del que no habría sabido definir su olor. Y eso es justamente lo que me ha ido sucediendo estos días. Te creas tu propia imagen de un lugar y la realidad debe ajustarse a ella? No, efectivamente es lo más grandioso de un viaje. Tú capacidad de adaptación -sí o sí- al entorno, a la gente, a los paisajes. No puedes cerrar la puerta de casa tras un duro día y enchufar la tele porque… no hay casa, no hay tele, hay un día a día de adaptación y sonrisa. ¡Navegué construyendo la alegría!

En este contexto, hoy comienzo a ver la adaptación que estoy llevando a cabo con Nueva Zelanda, un lugar que imaginé pero en el que nunca estuve. Un lugar que coincide con mis sueños en ciertos aspectos y que a su vez me aparece como un desconocido en otros.

Es un viaje que me recuerda mucho al de la West Coast de Canadá. Aquel –salvando el encuentro con tio Roig-, fue con diferencia el viaje más complicado que se me ha presentado. Por qué? Desde el momento en que las posibilidades de movilidad dependen 100% del vehículo propio, el viaje mochilero adquiere otras características muy diferentes. Por ello, cada día me alegro más de haber encontrado -sin casualidad, porque no existen- a una gran compañera de viaje, Iguacel. A nuestra manera, pero ambos hemos ido sintiendo que nos costaba entrar en la dinámica neo-zelandesa. Por mi parte, he notado mucho la diferencia cultural respecto a Sud-américa. Es muy buena gente, te sonríen y te ayudan a la primera. Sin embargo, dejando aparte la lengua, existe una lejanía cultural que se aprecia desde la conducción a la izquierda al planteamiento de una ruta por un parque natural dónde andas por escaleras, te encuentras con cientos de personas, puedes hacer la cola para ir al baño, almorzarás rodeado de decenas de personas y…y… respirarás el aroma del azufre, te deleitarás con puestas de sol rojas como la lava incandescente, te bañarás en aguas termales, acamparás en medio de la nada, te sentirás en las Antípodas de casa. Welcome to New Zealand!

Sin darnos cuenta como os comenté en la anterior entrada de todo lo acontecido en Christchurch nos dispusimos a recorrer la pequeña península de Coromandel. Tras haber pagado el extra por un buen todo riesgo -que no incluye los caminos de ripio- decidimos adentrarnos hasta el final de la península llegando a Fletcher Bay. Si pinchamos ya empujaremos al kiwi hasta el cemento! Tras recorrer las cerca de tres horas de camino y parar innumerables veces para fotografiar caballos, arboles de formas Burtonianas, puestas de sol de Alan Lee, llegamos al final de la carretera cayendo la noche. Allí encontramos un camping, pagamos y… se puso a diluviar. Primera cena de sardinas en lata del viaje –Rafa, que alimenta más el atún o las sardinas?- y primer intento de dormir como esas mismas sardinas en la ferrino. A la mañana siguiente, decidimos iniciar la búsqueda de una nueva choza que terminaría con un buen chollo días después. Tras un buen desayuno frente al océano que nos rodea permanentemente iniciamos el descenso hacia Withianga por una carretera entre bosques. Así, llegaríamos a la Hot Water Beach dónde conocimos dentro de un pozo de arena con agua caliente a una pareja de catalans que también andaban recorriendo el mundo. Cuando desciendes desde el parking ves una playa inmensa con olas perfectas –entonces piensas en tú resin8 seca, muy seca… pero todo llegará- y mucha gente concentrada en la parte derecha de la misma. Pero… por qué no se reparten? En esa zona de la playa hay manantiales de agua caliente. Cada cual lleva su pala y se hace un agujero hasta encontrar el agua y luego se deja caer dentro para empezar a cocerse al punto. Nosotros compartimos el agujero hispano y nos pusimos al día en nuestros respectivos destinos. Que vaja bé per SudAmérica parella!

Cerca de la Hot Beach se encuentra Cathedral Cove uno de los rincones más bonitos que haya visto mirando al mar. Un rincón rodeado de islotes que antaño fueron montañas y unas rocas calizas en la costa blancas, muy blancas que forman acantilados y bóvedas naturales espectaculares. Los troncos sobre la arena blanca, la marea subiendo, el agua turquesa, el camino de fango para llegar, la soledad,… un lugar para el recuerdo.

Debate.

Que hacemos? Es la pregunta que nos hacemos desde que contamos con la independencia del coche. Nueva Zelanda es caprichosa y te debes de adaptar a ella si la quieres conocer. Aquí la gente tiene otra filosofía de vida y trabajan únicamente medio día, no esta mal, no? A las 17h cierran todo, y todo es todo. Aquella tard-noche zarpamos definitivamente hacia Raglan para ver esa ola de izquierda inmortalizada en The Endless Summer. Dormimos junto a un campo de trigo y salimos decididos a surfear el mar de Tasmania. Un día lluvioso y algo ventoso que sin embargo no restaba fuerza a la que seguramente es una de las mejores olas que haya visto. Eso debían pensar también los veinte rockypointsman que no dejaban pasar ni una. La ola rompe sobre una lastra de canto rodado y sigue, sigue, sigue… las fotos de los días buenos eran realmente impresionantes. Debe de llegar hasta la orilla y eso es mucho. Nos acercamos a preguntar el alquiler de traje y tabla pero esto ya no es Pichilemu ni Pascua. Aquí te dan un corcho de iniciación por 35$, más 10$ del traje por dos horas y si le preguntas por una tabla corta te repetirán 5 veces por minuto if you damage it, you’ll pay it! Tenía dos opciones, o hablarle al estilo rockypoint ‘no te preocupes tio, toca mi moño’ o esperar a los picos de la South Island más tranquilos. Así que tras escribir cada uno en su respectivo blog –ahora podeis ir siguiendo también el día a día en altrotecochinero – un mensaje de tranquilidad tras la catástrofe de Christchurch, pusimos rumbo hacia las Waitamo Caves pasando por las cascadas sagradas de Bridal Vell.

Welcome to New Zealand! Tras una hora recorriendo un camino de ripio nos reencontramos de nuevo en las cascadas. Un pequeño agujero en el espacio-tiempo que dentro de unos años estudiarán. Hoy, únicamente encontramos la advertencia del hombre del tractor que nos decía que con el depósito a un cuarto no siguiéramos ni locos. Cuando estas en un agujero del espacio-tiempo y un hombre en un tractor te dice que no sigas porque no tienes suficiente gasolina o plutonio en tu condensador de fluzo para volver a tu era, le haces caso, vaya si le haces caso. Volviendo al 2011 y siendo las 16h. era un imposible llegar Waitamo Caves y como dijo sabiamente Igua, ‘seguro que hay más cuevas con luciérnagas en Nueva Zelanda’. Posiblemente fue uno de los puntos de inflexión de este viaje dónde día a día nos vamos quitando esa presión que nos impusieron al principio en las 1001 historias de Auckland. Pusimos rumbo hacia… HOBBITTON!

La Comarca.

Cuando te acercas a Matamata te vienen a la cabeza las descripciones de Tolkien incluso más que las propias imágenes de la película. Aquellas praderas y colinas verdes con campos y entre ellas, un poblado, Hobbiton. Cuando piensas en un decorado te imaginas cuatro, cinco, seis casas todo lo más. Hobbiton es el pueblo del que habló Tolkien en su libro. Una veintena de casas en torno al gran árbol de la fiesta, del lago, de los árboles y un poco más allá la Taberna del Dragón Verde preparada ya para el rodaje de la semana que viene… The Hobbit. Tras freackear un poco en la página ví que buscaban extras de elfos que debían medir como 1,83m. así que no daba el perfil… lástima que los de hobbit ya estén todos asignados!

A medida que vas adentrándote en el poblado y te das cuenta de que es algo inminente la filmación, que la próxima vez que veas ese lugar será en la sala 24 te vas emocionando y sientiéndo más ganas de volver a leer la historia del anillo único.

Pasaríamos la noche en Rotorua dónde huele a azufre como en el mismísimo Mordor y dónde sí diluvia puedes dormir en un hostel con piscina de aguas termales. Por la mañana hicimos un poco de intendencia comprando la tienda de Igua, la comida y preparando la ruta que iniciaríamos… esa misma tarde hacia Mordor.

Continuamos la ruta pasando por Taupo un pueblo multiaventura al borde del lago con un cono de volcán perfecto de telón de fondo.

Tongariro o Mordor para Sauron.

Guiándonos por la información de la página de los parques naturales, habíamos reservado dos campsites para dos noches que duraría la ruta… nunca mais. La gente que hemos ido conociendo nos ha confirmado que las rutas en Nueva Zelanda deben de ser un día y así… no pagar! Cada noche que pasas en un Parque son del orden de 20$ mientras que si sales a dormir fuera no pagas. Decidido por unanimidad, después de ésta, rutas de 1 día.

Salimos tarde, a las 17’30h. El tiempo justo según el indicado para llegar al campamento antes de la noche… si no te pierdes nada más empezar. Dimos un pequeño rodeo involuntario para entrar en el valle entre los dos volcanes y bajar hasta la cascada Taranaki. Desde la cascada enlazamos con el buen sendero e iniciamos una ruta marcada por el ritmo y los coloridos de una puesta de sol roja como la lava incandescente. Llegamos al campamento ya de noche tras andar los últimos veinte minutos con frontal. El sendero estaba muy bien marcado con estacas cada veinte metros, aquí te pierdes si quieres. A la mañana siguiente levantamos las mochilas a las 8h. y andamos los cincuenta metros que nos separaban del sendero para ver… la peregrinación de cientos de personas a las Grietas del Destino. Y te preguntas… ¿Pero no había un solo anillo? ¿Dónde me he perdido algo? ¿Regalan copias piratas del Señor de los Anillos arriba?... Y podría seguir y seguir ya que me quedé con la boca abierta y algo decepcionado la verdad. Cuando sales a la montaña esperas desconectar de la ciudad, la gente,… aquí habían cientos de personas gritando e, incluso, haciendo una perfecta fila india frente a un baño que se encontraba en medio de la nada! Como si estuvieran en el colegio! Durante la ruta tienes escaleras de madera, suelo de goma para que no resbales, pasarelas de hierro y madera sobre el barro para que no te ensucies… sigo? Pero de pronto, entre unas dos cientas personas que almuerzan a tu alrededor, te preguntas… qué habrá tras ese cortado? Y te acercas. Al principio andando.Luego corriendo. Entonces lo ves. Un cráter perfecto. El color rojizo mezclado con el amarillo humeante. Los cortados en una roca sin acabar. Asciendes los últimos 150m. para llegar a los 1900m. y ver las aguas turquesas de los Emerald Lakes. Los tocas, hueles a azufre, ves el cráter rojo y asocias el lugar, recuerdas ese momento en que los soldados bajaban por la colina mientras Sam y Frodo se escondían tras una roca. Pero lejos de todo esto, es un lugar con mucha fuerza que dio como fruto un lugar de naturaleza pura, Nueva Zelanda. La zona de Rotorua a Tongariro está repleta de volcanes que originaron la formación de toda la isla Norte.

Tras dejar los lagos Emerald y el Lago Azul bañando un nuevo cráter comenzó el diluvio que nos hizo decidirnos a volver al coche para continuar la andadura hacia la isla sur.

Wellington.

Dormimos en el primer Doc –campamentos gratuitos- de muchos y aprovechamos la mañana para limpiar, reordenar la casa-coche-alacena-cocina, pillarle el punto de montaje a la tienda de Igua –mejor prácticar antes de la isla sur, dónde llueve bastante-y salimos hacia Wellington con parada de comida en la espectacular playa de dunas de Paekakariki frente a la isla de Kapiti.

Al llegar a Wellington compramos el billete del ferry para mañana a las 8h. He leído que es una de las travesías en ferry más espectaculares del mundo.

La capital de Nueva Zelanda me ha sorprendido. Al recorrerla, te vas encontrando con innumerables formas, luces, paisajes, escenas que incitan a fotografiarla.

En cada ciudad hay un lugar para las costumbres y leyendas maoríes. Un puente de madera con figuras representativas de aves, ballenas y símbolos sagrados maoríes te permite ver la ciudad a través de ellos. La Te Papa (lugar de reunión entre los clanes) aquí es un museo que ya se encontraba cerrado cuando llegué. Recorrí toda la bahía atento a los cambios de color condicionados por la caída del sol. Mañana por la mañana lo veremos desde otro ángulo, desde el mar. Cruzando el estrecho de Cook para adentrarnos en el canal de Tori y el de la Reina Carlota hasta llegar a Picton, la entrada a la South Island!

Hemos modificado el recorrido para no acercarnos a Christchurch más que al final para dejar el coche y tomar el avión. Las noticias que aparecen en los periódicos estremecen y cuando le preguntas a la gente ves en sus reacciones las imágenes que han visto en televisión. Nuestro recorrido continuará pues hacia la costa oeste esperando que la situación se normalice.

Un abrazo a tod@s desde las Antípodas, ahora sí que siento que estais en el otro lado del mundo!

6 comentarios:

  1. Efectivamente estamos en la otra parte del mundo o sea que aquí es madrugrada ¿sabes por que te lo digo ? je...je. Demá seguiré tinc son. Un beset de bona nit.

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  2. Encara que no es al 100%, ja es va notant que estas fen-te a NZ, els escrits ja s'assemblen als de Sud America. Un poc més i ja voras amb altres ulls. De vegades les coses no es veuen igual quan abans s'ha vist altra cosa que ens ha meravellat molt. Disfruta de la màgia dels paisatges, i si està arregladet per a no embrutar-.se doncs millor, menys hi ha que llavar. Ara que està NZ molr urbanitzada, però sembla que no hi ha perruqueries ni tisores, per que la mollasa....
    UN BESSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

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  3. WOW, YOU DID IT!!!!!!!!!!!!!!!
    Menudo suertudo, si estás hasta con el bueno de Smeagol y la crónica como siempre de 5 estrellas...
    Qué grande eres! Has cumplido uno de mis sueños,jeje...
    By the way, Viva Pink Floyd y el Sr. Roger!
    Take care.

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  4. Ei, que bueno hubiera sido verte de extra...jejeje!!! Os esperamos en la sala 24...con las palomitas!!!Besazo

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  5. Pero lo más importante... has aprendido la Haka??? Jejejeje SI ves por ahí a un tío de 2 x 2 dile que te la enseñe ;-) Un abrazo campeón!!!

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  6. Hola Andrew!!! Pero que alegría saber de ti!!! Me acabo de incorporar a la vida laboral después de un año y nueve meses (que se dice pronto) y ya estoy tratando de ponerme al día de tus aventuras.
    Por cierto, escribes muy bien. Es un gusto leerte.
    Emma está preciosa, muy mayor y su mamá muy caldosa. Ya me han contado que vas a ser tio, verás qué maravilla!!
    Un besazo enorme.
    Te sigo la pista...

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