De Salta, la Linda... a Mendoza

Retomando el relato de la Quebrada de Humahuaca, seguramente el lugar más auténtico de Argentina. Como ya comenté es un lugar en el que debes dejar a un lado el turismo local extremo al que está llegando. Siento que he conocido este lugar en el momento justo, antes de ese cambio en el que los paisajes y los pueblos pierden en cierto sentido su identidad ante un turismo que obliga a la evolución. Un lugar de película, argentina. Despues de conocer el noroeste de Argentina me guardo en la mochila las ganas de volver a ver a la vuelta Luna de Avellaneda.
Cruzando en breves días pueblos como Tilcara, Maimará, Uquía, Purmamarca,... acabas apreciendo este lugar por la tranquilidad y su historia particular. Me marcaron sobretodo las pinturas de los ángeles de Uquía, de la escuela de Cuzco. Estos "ángeles" vestían ropas y armamento militar pero con alas. Los pintores no sabían como eran los ángeles así que preguntaron a los españoles, Cómo son? Como nosotros pero con alas. Así que pintaron militares con alas.
Para ver estas pinturas debí de bajar del colectivo en el aldea en medio de la nada, no volvió a pasar ninguno en una hora y tocó alargar el pulgar. De nuevo un abogado argentino con su familia me acercaría hasta la nueva etapa en su pick up. Esa noche dormiría en Maimará, un pueblo cercano Tilcara a dónde me acercaría por tarde. Tilcara, siguiendo la tónica de la Quebrada estaba desbordado de bonaerenses celebrando el comienzo del enero tilcareño. Decidí salir al día siguiente hacia Jujuy dónde paré cuatro horas y me sobraron tres. Dejé la mochila en la terminal y aproveche para recorrer todo el centro. En su momento fue el centro de una importante ruta comercial, hoy es una ciudad que conserva el cabildo colonial, la catedral y poco más. Así que me tomé, por fín, un buen café con leche EXPRESSO viendo un partido de liga española.
Salta, la Linda.
Cuando el colectivo comienza a descender por las colinas verdes y ves la ciudad de Salta abajo sabes que será diferente. Bajas en la terminal y percibes que aquí hay mucho más movimiento. Un gran parque nada más cruzar la calle y construcciones coloniales. La llaman Salta la Linda, por algo debe de ser. Pasé dos días recorriendo esta ciudad reflejo de lo que debió o pudo ser también Jujuy en otro tiempo. Al subir a San Fernando, un lugar a veinte minutos del centro, te podrías sentir en medio de la selva si no fuera por los cien domingueros que pasan allí las tardes. Con un libro puedes pasar una tarde entre gentes que tienen la naturaleza en la puerta de su casa. Son esos momentos los que marcán ya la diferencia entre este viaje y los que pude hacer anteriormente, el tiempo. Tomas tu tiempo de otra manera, disfrutas de las conversaciones sin mirar la hora y si se va el bus, tomarás el siguiente. Si te apetece leer, te sientas y lees toda la tarde ya sea en San Fernando como en la plaza de la Independencia de Mendoza. Salta es una ciudad muy verde y colonial, es como aquella imagen que me cree de Córdoba antes de conocerla. Sabía que existía este lugar en Argentina.
Cafayate.
En realidad es Cafajjjjjjjjate y para llegar a él tienes que atravesar su propria Quebrada. Sencillamente es espectacular. El colectivo empieza a tomar curvas y el cañón se va cerrando cada vez más encerrando el río y la carretera. Esto era lo que me esperaba de Humahuaca, si bien, los colores no son tan diversos, las paredes que te rodean sobrecogen.
Toda la zona esta cambiando turísticamente según me dijo una chica en apenas dos años, y Cafayate también. Los hostels están muy llenos y sus precios se equiparan con los de Bariloche, una de las zonas más caras de Argentina. Comer, es otra historia.
Tras estudiar las posibilidades de Cafayate decido hacer una incursión al día siguiente a unas cascadas que se encuentran siguiendo un desfiladero, es una salida "gratuita". Inicio la mañana con unos argentinos. Más tarde nos separaríamos ya que ellos prefirieron tomar un guía, ni en India ni Argentina hay nada Free.
A estas alturas, decidí tirar por mi cuenta, no debe ser muy difícil seguir un sendero entre cactus! Un sendero no, pero si hay unos cincuenta y tienes que encontrar el bueno te sientes como en el laberinto de David Bowie. Dejaba de andar y así escuchaba las voces para guiarme y cuando no seguía huellas. Estuve a punto de renunciar y volver a por un guía. La zona la mantiene una comunidad indígena que no pone ni un mojón -de piedras- para que te orientes! Imagino que esto cambiará el día que tenga que salir el helicoptero a buscar entre los cactus un turista torrado al sol. Una vez llegas al desfiladero ya es más sencillo, sigue el agua. El desfiladero era bastante parecido al de Buñol solo que con pequeños saltos de agua y cactus cardones por todas partes. ¡Todavía no comprendo como me apoyé en uno pensando que era un poste de la luz en medio de un barranco! Debió ser por los 40º que caían. Del salto casí llegué a la cascada que resultó ser de unos diez metros.
Esa tarde tomaría el bus hacia Amaicha, tarde-noche ya que el bus se retrasó dos horas por desprendimiento de la carretera. Estuve esperando con una pareja de argentinos que me propusieron para el día siguiente acompañarlos al observatorio de Amaicha, donde puedes dormir literalmente observando las estrellas. Lástima que estuviera todo el día cubierto.
Amaicha del Valle
Llegamos tarde a Amaicha, otra vez de noche, la peor hora para buscar un hostel. Ellos tenían reserva en un hotel, sin "s", así que nos separamos y me dispuse a recorrer todos, todos, todos los hostels con camas de gomaespumas que todavía marcaban el cuerpo que durmió en ellas hacía semanas. Solo os diré que Bob Esponja parece mucho más rígido que cualquiera de aquellos "colchones" enzulados. Con mi mejor cara de cansado me dirigí al hotel, sin "s". El hombre me dejó la habitación de empleados al mismo precio de los zulos. Una habitación de cuatro camas para mí con la sola pega de que no tenía ducha. Bueno, a estas alturas y después del dos viene el tres, así que un día más. Venía de dos días en que viendo el estado de las duchas aplicaba mi teoría de "ante la duda, no te lleves nada ajeno, con lo que llegas te vas". El hotel era con diferencia lo mejor del pueblo así como la amabilidad de su gente.
Quilmes
En la plaza encontré a otra pareja de argentinos para repartir los gastos del remis. Tardamos veinte minutos en llegar a las ruinas. Durante el trayecto cruzamos el control policial en el cual, a falta de perro, fue el propio policia el que olisqueó mi mochila... metiendo la cabeza dentro! Me gustaría ver esa parte del entrenamiento. Estábamos en Quilmes, la ciudad arqueológica que hasta hacía poco no sabía si podría visitar, y allí estaba. La mitad se encuentra muy restaurada mientras que la otra mitad la han dejado como se encontró. Una muralla la guarda junto con las dos atalayas que servían de puesto de vigilancia. Una ciudad que resistió a la expansión Inca. Eran un pueblo guerrero. Pero que con la llegada de los españoles que les cercaron el río y el ganado, nada pudieron hacer. Tan sólo escaparón unas doscientas personas, de las ochomil que habitaban Quilmes. Al ser un pueblo guerrero los sometieron llevándolos andando hasta Buenos Aires. Muchos años después las mujeres y niños que escaparon a las montañas volvieron y según cuentan tuvieron descendencia que hoy vive en la nueva Comunidad Quilmes. Miras la ciudad y están los morteros de piedra con los que molieron semillas en otro tiempo, las paredes de las casas, los almacenes... Y entonces me preguntaron mis compañeros argentinos ¿Y a ustedes, cómo les dan esto en clase de historia?. Lo más curioso es que en sus libros, según me contaron, se escribe igual.
Al volver hacia Amaicha, me despedí de mis compañeros y bajé en el museo de la Pachamama. Un lugar que venden como su nombre indica, un museo a la Madre Tierra. Dentro te das cuenta de que es el museo de un artista 'no local' que, además de crear este enorme complejo con tierras cedidas, construyo un hotel... en Quilmes! Aquel bloque sin sentido y feo era un hotel? Si, pero le obligaron a cerrarlo. Y... a tirarlo no? Cosas que no deberían de suceder pero que el dinero las permite en cualquier parte del planeta.
Dejando esto aparte, el museo de PachaMama... no tenía nada más que los símbolos. Pero en su conjunto me recordó a los Jameos del Agua en Lanzarote, con la diferencia que al de Canarias volvería.
A 40º tomé el autobús a... no sabía bien que iba a hacer, hacia algún lado. Paré en Tafí del Valle pero no parecía tener mucho. Tomo el siguiente bus a Tucumán y durante el viaje voy recopilando la información de la gente que fuí encontrando y leyendo la guía, decididamente es un lugar que no tiene gran cosa para visitar. Decido seguir esa noche hacia Mendoza. Son 12 horas de viaje y voy muy poco a poco, a ver si al final voy a perder el vuelo!
Mendoza,cerrando el círculo. Ni Jujuy, ni Salta, ni Córdoba, me quedo con Mendoza. Al volver a verla comprendo que no fue aquella primera impresión. Sigue siendo una ciudad verde, con su gente muy amable, rodeada de montañas andinas, parques llenos de vida y espectáculos nocturnos... Mendoza!
Vuelvo al mismo hostel que estuve. Las recepcionistas se acuerdan de mí pero... no hay dormi! Don't worry me dicen, me dejarán dormir en el cuarto STAFF! De nuevo un cuarto para mí solo con aire acondicionado!-Lo único es que si puedes esperar un día, porque no hay ducha. Creo que se me torció la cara recordando como se revolvía mi vecino en el autobús. Al enseñarme el baño descubro que hay unos grifos unidos a un tubo que pende del techo... hay "ducha"! He pasado tres días de intendencia en Mendoza, comprando cosas desaparecidas estos dos meses, haciendo coladas, acabando el libro en el parque... y disfrutando del lugar.
Finalmente, esta tarde decidí mover hacia Uspallata un pueblo andino desde donde salen las expediciones hacia las cimas, al otro lado de la frontera espera Santiago.
Esta mañana desayuné con una pareja catalana&family que conocí esta mañana se reía de todas esas expresiones que se te van añadiendo en el recorrido. A ellos les pasará. Viajarán hasta donde el dinero les llegue, Argentina,Chile,Bolivia,Perú... 
Para mí, ésta es la última parada en la Argentina que me resisto a dejar. Un país que me ha llenado de sensaciones y vivencias por mucho tiempo, todas ellas abrazadas por sus gentes. Ayer conocí a un francés en el hostel. Empezamos a hablar de Argentina y nos cortábamos, nos emocionábamos al comentarlo y recorrimos todo el país entre historias. Iguazú, Aconcagua, Bolsón, Valdés, Fitz Roy, CºTorres, Ushuaia, Llao Llao, Quilmes, Arrayanes, Quilmes Red,... todo ello con olor a parrillada y una buena conversación repleta de acás, tomar, allás,... qué gran lugar Argentina y sus gentes. Lo mantendré en ese rincón especial que te hace desear volver, aunque siempre hayan nuevos paisajes por descubrir.
Ha sido un recorrido enorme y la verdad que me ha dejado "reventadillo" estos últimos días, con ganas de sentarme con cada uno de vosotr@s y con una cerveza para hablar hasta las tantas. Y, después de las últimas noticias, compartir y que me conteis los afortunad@s de todos esos eventos que se avecinan y que me alegra conocer desde la distancia, gracias pantalla. Un abrazo a tod@s y enhorabuena.